Segunda despedida

No es que no tenga sentido ni significado, es solo que ya no quiero: seguir con vida ya no es algo que desee. Destrocé mi vida cuando rechacé, esta mañana, la música. No me interesa nada…, dije pasmado. Tanto asco que me dan los días, tanta estupidez con que me muevo. Terminé de lavar los trastes y me asusté porque caí en la cuenta de que me suicidaré pronto: me da miedo la imagen que se ve cada vez más clara de mí manejando, de mí subiendo, de mí arrojándome al suelo con mi papá en la mente y un perdóname en la boca.

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